(Reproducción de la pintura original al óleo)
Representa una entidad femenina que recuerda a las ninfas de la mitología – seres mágicos que forman parte de la naturaleza y que son principio intrínseco de ella.
Es decir, las ninfas representadas en el trabajo de Belén Berdeja denotan cualidades análogas a las fuerzas de la naturaleza: las corrientes marinas y del aire, las lluvias y tormentas, el crecimiento de las flores.
En resumen, la gestación de la vida. Son figuras símbolo de la Madre Tierra. Son símbolo también de todas esas cualidades que la artista denomina como parte de la feminidad, y todas las energías que gracias a ella se desenvuelven: vitalidad, fortaleza, resiliencia, calidez y perseverancia, entre otras.
Belén’s work is a never-ending exploration of the very fabric of humanity.
More specifically, it is a search towards understanding concepts such as femininity, gender, sensuality, human emotion and the diverse social constructs around these and many other topics related to the human condition.
By means of intense and somewhat violent brushstrokes, softly detailed eyes, symbolism and organic elements, she intends to build up a dichotomized narrative.
This narrative sheds light on the double-standard conception of femininity in contemporary society; the way beauty canons and cultural doctrines all work together to chisel human beings into fulfilling certain behavioral, psychological, physical, and emotional expectations.
Through inspiration drawn from nature, organic textures, physical forces such as marine currents and moon tides, Belén creates entities that are strongly related to mythological beings - her work is subtly charged with both the innocent and erotic psyche of these sensual beings.
Through the countenance of the portrayed entity – who is both an individual and the universal humane creature – and through the representation of the so-called female fragility, she brings forward the real strength and raw beauty that lies within all humans.
(Reproducción de la pintura original al óleo)
Representa una entidad femenina que recuerda a las ninfas de la mitología – seres mágicos que forman parte de la naturaleza y que son principio intrínseco de ella.
Es decir, las ninfas representadas en el trabajo de Belén Berdeja denotan cualidades análogas a las fuerzas de la naturaleza: las corrientes marinas y del aire, las lluvias y tormentas, el crecimiento de las flores.
En resumen, la gestación de la vida. Son figuras símbolo de la Madre Tierra.
Son símbolo también de todas esas cualidades que la artista denomina como parte de la feminidad, y todas las energías que gracias a ella se desenvuelven: vitalidad, fortaleza, resiliencia, calidez y perseverancia, entre otras.
Belén’s work is a never-ending exploration of the very fabric of humanity.
More specifically, it is a search towards understanding concepts such as femininity, gender, sensuality, human emotion and the diverse social constructs around these and many other topics related to the human condition.
By means of intense and somewhat violent brushstrokes, softly detailed eyes, symbolism and organic elements, she intends to build up a dichotomized narrative.
This narrative sheds light on the double-standard conception of femininity in contemporary society; the way beauty canons and cultural doctrines all work together to chisel human beings into fulfilling certain behavioral, psychological, physical, and emotional expectations.
Through inspiration drawn from nature, organic textures, physical forces such as marine currents and moon tides, Belén creates entities that are strongly related to mythological beings - her work is subtly charged with both the innocent and erotic psyche of these sensual beings.
Through the countenance of the portrayed entity – who is both an individual and the universal humane creature – and through the representation of the so-called female fragility, she brings forward the real strength and raw beauty that lies within all humans.
(Reproducción de la pintura original al óleo)
Esta obra en particular es expresión de la capacidad de anteponerse a las dificultades de la vida, para después renacer como una ave fénix. Representa la fortaleza intrínseca de la humanidad.
Al igual que otras obras similares de Belén Berdeja, esta pintura también representa una entidad femenina que recuerda a las ninfas de la mitología – seres mágicos que forman parte de la naturaleza y que son principio intrínseco de ella. Es decir, las mujeres representadas en el trabajo de la artista denotan cualidades análogas a las fuerzas de la naturaleza: las corrientes marinas y del aire, las lluvias y tormentas, el crecimiento de las flores. En resumen, la gestación de la vida. Son figuras símbolo de la Madre Tierra. Son símbolo también de todas esas cualidades que la artista denomina como parte de la feminidad, y todas las energías que gracias a ella se desenvuelven: vitalidad, fortaleza, resiliencia, calidez y perseverancia, entre otras.
(Reproducción de la pintura original al óleo)
Esta obra es expresión de la feminidad contemporánea. Es una especie de apropiación y resignificación de la Primavera de Boticceli: una mujer rodeada de flores, de vida y de fuerzas naturales.
Las mujeres representadas en el trabajo de Belén Berdeja denotan cualidades análogas a las fuerzas de la naturaleza: las corrientes marinas y del aire, las lluvias y tormentas, el crecimiento de las flores, las estaciones del planeta. En este caso, las flores y trazos texturizados recuerdan a la Primavera, la fuerza que da vida, la Madre Tierra y su vitalidad. Todo esto en una obra figurativa totalmente contemporánea y joven.
(Reproducción de la pintura original al óleo)
Al igual que la demás obra de retrato de Belén Berdeja, esta pintura representa una entidad mágica que envuelve las fuerzas naturales a las que estamos tan íntimamente relacionados los seres humanos, como las corrientes marinas o las estaciones.
Su nombre, Resiliencia, habla sobre la capacidad inexplicable de anteponerse a cualquier adversidad en la vida, manteniendo una inefable fuerza interna. Esta obra, creada en el contexto de la pandemia, representa también a la humanidad dentro de una etapa de tremenda dificultad. Es un recordatorio de nuestra fuerza, un símbolo de la esperanza que nos une como especie, y una nota personal de la artista para todos los creadores: seguir creando y aportando belleza al mundo es poner un granito de arena en estos tiempos difíciles.
(Reproducción de la pintura original al óleo)
Esta obra es una apropiación del mito griego Leda y el Cisne. La artista pretende hacer una resignificación de este mito y de todas las obras pictóricas que se han hecho en su nombre a lo largo de la historia. Mantiene cierto erotismo del cuento original, y al mismo tiempo pretende expresar algo nuevo; las entidades (mujer y cisne) representan una relación de iguales, una amistad entre raza humana y animal. ¿Qué pasaría si, en lugar de poner a la naturaleza por debajo del ser humano, nos viéramos como parte igualitaria de la misma?
Además de esto, la textura de la pintura original simboliza las fuerzas naturales que permiten la vida en la tierra: las corrientes de viento y de mar, las estaciones, los ciclos de la luna y el crecimiento de las flores, entre otros.